Me encantan los bares. Pasarme horas en alguna mesa, borronear ideas en una libreta, tomar apuntecitos del lugar. Inventarle posibles historias a los otros parroquianos. Que aquel seguro viene de tal lado y se encuentra acá con el flaquito éste y están resolviendo vaya uno a saber que delirante asunto seguramente ilegal, improbablemente posible como el tráfico de bolones norte, tejes y manejes del mercado negro de muñequitos de Titanes en el Ring que venían con los Jack de hace treinta años y cosas así. Me encantan los bares, los siento como pequeños puertos en medio del mar de cemento de la ciudad.
1 comentario:
Me encantan los bares.
Pasarme horas en alguna mesa, borronear ideas en una libreta, tomar apuntecitos del lugar. Inventarle posibles historias a los otros parroquianos. Que aquel seguro viene de tal lado y se encuentra acá con el flaquito éste y están resolviendo vaya uno a saber que delirante asunto seguramente ilegal, improbablemente posible como el tráfico de bolones norte, tejes y manejes del mercado negro de muñequitos de Titanes en el Ring que venían con los Jack de hace treinta años y cosas así.
Me encantan los bares, los siento como pequeños puertos en medio del mar de cemento de la ciudad.
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